Viva

A veces quiero refugiarme en mis pensamientos más oscuros, romper lo estipulado, divagar en las calles y experimentar lo negado, lo escondido, lo ilícito; sentarme en un bar y protagonizar historias clandestinas con personajes ambidiestros, multiplicar los amaneceres, vivir como vampiro, enterrar los vidrios de mi alma en espesas telarañas de vicio, bulla y satisfacción.

Caminitos blancos al paraíso tridimensional, llamaradas y carcajadas, táctiles bellezas subterráneas, sabores ácidos en mil lenguas, rebozar apetitos abnegados.

Fusionar espejos y tierra, bombardear con colores el pavimento, encender sus malditos pies, borrar a pinceladas el progreso de mis mundos.

Gritar.

Quiero ser dominio del instinto, de las excusas alcohólicas, de sus miradas impertinentes, regocijar mi alma con descabellados momentos, aptos para narrar, nítidos para revelar.

Ser héroe original de fantasías abdominales.

Ser interesante.

Múltiple.

Viva.

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